Los redimidos en el cielo, así como las almas del Purgatorio, por lo tanto, pueden ser de gran valía a las almas que aún están en la Tierra al interceder por ellas mediante el Espíritu de Dios."
COMO UNA IMAGEN DE DIOS
"Algunas almas mediante su respuesta a la gracia pueden ser como una imagen del Hijo de Dios, pero mientras más permanezcan en gracias las almas en el amor y misericordia de Dios en unión con el Espíritu Santo, más se profundiza la imagen de Jesús en el alma de esa persona de ser una mera reflexión a una impresión. Así que mientras más profunda la impresión en el alma al permitir que lo carnal vaya disminuyendo para que se favorezca el crecimiento del Espíritu de Dios en el alma, más actúan la Luz y el Espíritu de Dios en la transformación de esa alma. Por lo tanto la imagen de Dios se profundiza como una impresión. Mientras más respondamos a la Sabiduría de Dios y más obedezcamos la Voluntad Divina, más gracias recibiremos. Cuando el Padre pose su mirada sobre una alma como ésta, El verá la impresión de luz mediante la cual podrá reconocer a Su propio Hijo. Así es pues que cuando el Padre Pío habla sobre la Cara Sagrada como 'nuestro boleto al cielo', se refiere a que si oramos a la Santa Cara de Jesús, estaremos orando por los méritos de la Santa Cara de Jesús a fin de que podamos recibir la Sabiduría Divina y respondamos a la Voluntad de Dios y así nos convirtamos es una reflexión completa de Jesús ante el Padre".
RESPONDIENDO A LA GRACIA DIVINA
"Depende mucho de nuestro corazón responder a la gracia divina. Todo se pierde o se gana a través del deseo, del deseo de corazón. Esto es debido a que el corazón ejercita un gran poder sobre nuestra voluntad a través del deseo"
"El proceso inicia con el pensamiento. Puede ser efímero o largo, dependiendo si lo desechamos o lo retenemos. si lo retenemos, se puede convertir en un deseo. Cuando tenemos buenos deseos y actuamos conforme a ellos entonces recibimos la gracia del Espíritu Divino. Un mal deseo puede mover a la carne y la carne mover a la persona a pecar, inclusive hasta la perdición. Debido a que la carne es débil, la voluntad puede dominarla, razón por la cual Jesús dijo:
"Porqué me llamas bueno, nadie es bueno sino sólo Dios"
"Dijo esto aunque perfectamente sabía que El mismo era Dios, lleno del Espíritu de Dios. Aunque encarnado, esto es, antes de Su glorificación, Jesús sabía que la carne es la debilidad misma y que los sentidos dentro de cada uno pueden fácilmente guiar a la carne a lo verdadero o al error, en cualquier dirección. Es por esta misma razón y su gran desconfianza de la carne debido a su profundo conocimiento de sus debilidades que Jesús también dijo:
"No permitan que su mano izquierda conozca lo que hace su mano derecha".
"En otras palabras, no podemos confiar en la carne. Nuestra vigilancia debe ser constante. No podemos nunca permitirnos bajar la guardia"
"De la misma forma, cuando se le preguntó acerca del juicio final, Jesús contestó que sólo el Padre conocía el día y la hora, para demostrar que no se debe confiar en la carne. A pesar de que Su Padre y El son uno, mientras está encarnado El no deseaba conocer la hora final. Cuando regrese al Padre y esté unido en Espíritu, El la sabrá, como la sabe el Padre, pero así nos demostró que es mejor para nosotros en nuestra condición carnal que no sepamos ciertas cosas. Estamos mejor desconociéndolas, nos mantiene espiritualmente alertas pues la carne siempre estará inclinada a seguir lo que el mundo pone frente a ella para su propia satisfacción. Como Hijo de Dios, Jesús podría habérselo callado, pero prefirió enseñarnos que no debemos confiar en la carne. Además, Satanás puede saber qué es lo que hay en nuestras mentes humanas y mientras Jesús estaba encarnado, Su mente podría haber sido accesible al demonio. Así que de esta forma, este conocimiento fue resguardado de Satanás.
La angustia de Jesús
"Mientras Jesús estaba "encarnado", nuestros pecados se vertieron sobre él. Esta es la angustia que él soportó. Para describir de algún modo el horror de Su angustia uno tendría que usar una comparación muy severa como verter agua hirviente en el ojo humano. La angustia era insufrible en su sensibilidad de Espíritu, en Su profundidad de Santidad y Bondad. La angustia de Getsemaní era tan dominante que parecía como si no sólo Su Corazón, sino también su Cuerpo entero estaba a punto de reventar del impacto de nuestros pecados. Los pecados de toda la humanidad, desde el principio hasta el fin de tiempo, lo oprimieron. Jesús conoció la angustia pero nunca el enojo. Algunos concluyen que Jesús estaba enfadado cuando entró en el templo y tiró a los comerciantes que estaban comprando y vendiendo. Más bien era angustia de corazón y alma lo que experimentó por ver a su alrededor, sólo maldad y oscuridad en la casa de Su Padre y fue impelido a tirar los artículos ofensivos. Era angustia por la ceguedad de aquéllos alrededor de Él y por la avidez con la que respondían a las tentaciones de espíritus malignos."
¿Conoce Satanás Nuestros Pensamientos?
"Cada alma, cuando responde a Dios y a la voluntad de Dios, se vuelve una luz. La luz de Dios ilumina el alma. Mientras esta luz crece, el Espíritu Malo reconoce que algo bueno está pasando e intenta extinguir la luz. Es este indicador el que él sigue más que cualquier conocimiento aunque él supone nuestros pensamientos y deseos a través de la carne. él puede tentar nuestra mente y facultades, y todo lo que tiene que ver con la carne. Porque él sabe de nuestras caídas anteriores puede tentar nuestra debilidad a través de la carne."
Acerca de la Santísima Trinidad
"El Padre y el Hijo son uno, y el Espíritu Santo es el amor generado entre el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo es cada deseo del Padre y cada deseo del Hijo unido en un único latido de Corazón de la Deidad. En la armonía de su deseo, el Espíritu es generado, así mismo, ellos son tres individuos Padre, Hijo y Espíritu Santo".
El Trabajo de El Espíritu
"A través de Su aliento sobre cualquier alma que él desea, el Espíritu de Dios puede llevar y desparramar gracias abundantes a través de uno o muchos de sus regalos porque el Espíritu de Dios está viviendo y puede dar a un alma una renovación o un aumento de la Vida de Dios, el Conocimiento de Dios o la Sabiduría de Dios. La clave para la recepción de tal flujo del Espíritu de Dios es la humildad en el que lo recibe. El más grande regalo que uno puede recibir de Dios es el amor. La Humildad permite al alma recibir de Dios y esta humildad permite al amor de Dios crecer. La humildad y la pequeñez como la de un niño es lo que atrae al Espíritu de Dios y sus dones. Cuando Jesús nos pidió que nos volviéramos como niños pequeños, él quiso decir que todos - incluso los adultos - pueden tener el corazón de un niño. Tener un corazón de niño quiere decir creer y tener confianza total en Dios, así como un niño confiaría sin poder entender cuando por ejemplo su padre o madre le dijeran "no debes hacer eso". El niño mira al padre con confianza total. Dios desea que lo veamos con la misma confianza completa. Una vez que hayamos escuchado la palabra de Dios, la palabra de Dios es Espíritu. Es el aliento de Dios. Debe tocar y penetrar cualquier apertura de corazón abriéndolo para que pueda entrar la luz y gracia de Dios. Si el alma permite que la verdad y gracia de Dios se reciban, entonces crece, y el alma se vuelve luminosa y en unión a la Voluntad de Dios.
"Si la verdad se predica, sin diluirla por un sacerdote y sin miedo, entonces es una lanza de fuego que penetrará el corazón y perturbará la conciencia del que escucha sin tener en cuenta la reacción negativa de la carne y la voluntad que quieren rechazar lo que se predica sin poder rechazar la Verdad. La verdad vive; es el aliento viviente de Dios que quiere restaurar vida al alma de la persona que está muerta en espíritu.
"La imagen de un árbol puede ayudar a que entendamos la vida de Dios que "se ha enraizado" en nuestras almas a través de la redención. Oír la verdad activa las raíces dentro del alma aunque la carne no quiera responder.
"A través de la escucha de la Palabra por parte de la persona, se activan las raíces dentro del alma y hacen al corazón responder a la voluntad.
"El corazón, sin embargo, posiblemente no responda a la gracia y deseo de Dios. Puede querer seguir el deseo de la carne y puede seguir resistiéndose la activación del Espíritu a través de gracia en el alma.
"Lucifer puede tentar a una persona en la debilidad de la carne y sus facultades para que rechace lo que es correcto y bueno así como él mismo con su orgullo se rebela contra la bondad de Dios y declarara, ' yo no serviré'.
"Continuar haciendo esto es suprimir la reactivación de las raíces del alma por el Espíritu de Dios y si el alma no está en la Luz en el momento final de la muerte el árbol se desarraigará."
LAS RELACIONES EN CIELO
Cuando se le preguntó si nosotros tendremos una relación especial con nuestros seres amados en cielo, Christina contestó,
"En el camino de Dios, en el camino del Espíritu, el cielo y la tierra son completamente diferentes. En el mundo del Espíritu (en Dios) somos parte del Cuerpo Místico y cuando somos atraídos al Espíritu de Dios en cielo amaremos al desconocido a quien nosotros nunca nos hemos encontrado en la tierra, así como amaremos al propio Dios. ¿Acaso amamos un dedo más que otro dedo en nuestra mano? No. Porque necesitamos todos nuestros dedos. Cada uno de nosotros estaremos unidos en el Espíritu de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo. Cada miembro está en la luz. Cada miembro ama como Dios ama. Cada miembro desea glorificar a Dios -y Dios la Luz Viviente y Aliento del Cuerpo Místico- será glorificado por cada alma. Cada alma conocerá igual que como Dios sabe, no como la carne humana conoce porque la carne humana tiene una sabiduría falsa. La única sabiduría o conocimiento en el cielo serán las Sabidurías de Dios, la Luz de Dios, el Amor de Dios. Cuando Jesús estaba partiendo de esta Tierra, pidió que nos amaramos unos a otros así como él nos ha amado. El amor que perdura hasta el cielo es el amor que refleja el amor de Jesús, "el amor por el que entregó su vida por nosotros". Así que debemos sacrificarnos por otros - reza y persevera para que nosotros podemos permitirle a Dios atraer muchas almas a él a través de nuestra ofrenda en unión con Jesús en un acto de amor."
¿Qué hay sobre tu madre a la que tanto amaste en la tierra?
"Amaremos, por ejemplo, en el cielo a nuestra madre terrenal igual que como amamos a todos los demás porque Jesús nos pidió que amáramos tanto a nuestro vecino como a nosotros mismos. Desde el principio de las apariciones de Nuestra Señora, mi experiencia ha sido que Nuestra Señora toma el papel de mi verdadera Madre, y mi familia terrenal el de mis amigos.
Conoceremos sólo el amor de Dios entre nosotros.